martes, marzo 17, 2009

Luna


Se hace cuesta arriba, como quere alcanzar un objetivo, una punta alta en el Universo, una mano en el fondo del mar.
Busco más allá de mis posibilidades y comprendo que la tarea no es sencilla, pero que el camino me espera con sus curvas, altibajos e imperfecciones. Como la vida misma.
Una palabra, tal vez sea eso. Contención. ¿Porqué no?.
Si tan solo se dejara a la mente descansar y todos los conflictos sean como un ramo de flores la cuestión sería mucho más sencilla.
Una puerta de escape, una salida de emergencia, un salto en paracaídas y las cosas que se acomodan, que se ajustan, que no se fuerzan, que sirven para comprender que no existe solo una cara de la Luna.
El suelo a veces cambia de relieve, de color y de olores, en una infinita gama de posibilidades y así y todo no supone que nada lo absorbe, cuando en realidad se siente sumergido en un lugar del que parecería difícil salir y sin embargo es tan sencillo con solo saber que una sonrisa, una mirada, una mano, una caricia o una lágrima compartida están ahí, a la vuelta de la sábana, muy cerca de tus labios, de tus abrazos y el elixir es un néctar dulzón y sabroso.
Comprender. Aceptar. Compartir. Hacia allá vamos.

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