lunes, agosto 27, 2007

Gotita


Ahora puedo mirarte a través de mi ventana, como si estuvieras aquí a mi lado, y pudiera decirte lo que pienso, mirándote a los ojos, viendo la profundidad de tu mirada, llegando al centro mismo de tu alma, que es la mía también.
Es como si estuvieras trepada a la rama del árbol, en esta madrugada lluviosa, deslizándote, dejándote llevar por el viento, por el aire, por mi.
Tomás la forma de una gotita, que cayó de muy alto, se posó en la punta de la rama desnuda y se quedó contemplando el horizonte, buscando encontrar complicidad.
Ni los truenos, ni el ruido de los autos te movieron de tu lugar, frente a la ventana, de cara a la ilusión, al salto al vacío, queriendo agarrar mi mano.
Pediste que te llevara hacia alguna aventura pero sabías que si te tomaba con mis manostal vez desaparecerías.La duda estaba, la necesidad también.
¿Cómo hacer para emprender el viaje, sin morir en el intento?, te preguntaste
El deseo interno podía más, pediste que te tocara, te alzara y te llevara.Las utopías se producen con los deseos y las ganas de hacerlas realidad.
Te posaste en mi huella dactilar. Te observé y pude contemplar tu sonrisa de satisfacción y placer.Te di un beso suave, para que no te esfumaras y te sentí fresca, completa.
El sol le ofrecía su cama a la luna, señal que la madrugada llegaba a su fin.
Te coloqué en la rama para saberte cerca, pero un rayito solar desvaneció el momento,y nos quedamos sin más besos.Sólo fue un instante, el que tardé en darme cuenta que era un sueño,que dormías placidamente a mi lado y las sábanas estaban algo arrugadas.



lunes, agosto 13, 2007

Gris

Gris, el día es gris desde que no te siento aquí, cerca como antes.
Blanca la noche que unimos nuestros labios para decirnos que nos queríamos y que el momento sería eterno.
Negro el día en que la desilusión nos invadió, nos atrapó, nos llevó a un punto sin retorno.
Un piano me trae aquella melodía que solíamos compartir, tirándonos en el piso, viendo el techo y dejando nuestras mentes libres de todo pensamiento, mientras rozábamos nuestras huellas dactilares y escuchábamos también el galope de nuestros corazones.
Frío es lo que siento aquí al lado mío, desde que escuché tu última palabra: "Adiós".
Te llevaste un girón de mí, me dejaste una lágrima en la mejilla y supe que ella viviría ahí por siempre.
Ni siquiera hubo reacción: "El amor se terminó", y con esa definición el planeta estalló una vez más, como en los tiempos del Big Bang , pero sin creación.
Cada paso dado en la dirección opuesta fue la construcción de un muro de alejamiento, y ya no hubo primaveras, ni luces, ni soles...sólo gris.
Me enteré tiempo después que tú decisión te había costado más de lo que demostraste, pero mentiste de forma piadosa y lacerante para que el dolor de ambos fuera menor.
Fue poco tiempo, aunque parecieron siglos y en este punto de la historia, cuando pasar al papel las ideas es lo más complicado y difícil, ambos sabemos -allí dónde estemos- que el amor en realidad no murió, que sigue y seguirá vigente en el tiempo, sin tiempo, sin colores, sin grises, con un poco de piedad y otro de pasión.

Igual


Supuse que todo estaba igual, así como te dejé aquella noche, dormida y tranquila.
Me equivoqué.
Una distancia invisible en metros y millas parecía separarnos y dejar sin efecto aquello que construímos, como se podía, como lo queríamos.
Buscaba el punto de partido, la grieta, el hecho que hizo que esto sucediera y caía siempre en el mismo punto, la incógnita se agigantaba, sin respuestas a la vista.
¿Seré yo? ¿Serás vos? ¿Una combinación de ambos? El tema es que el teorema no tenía una solución al alcance de la mano y comencé a ver imágenes pasadas que construyeron este presente y me ví dándote un beso, robándote una mirada y descifrando las huellas dactilares hasta descubrir la identidad que vos me querías mostrar.
Me quedé dormido con tu recuerdo y a la mañana siguiente todo seguía igual...el lado derecho vacío, y tu foto dejándome la estela. de lo que fue y pudo ser.