lunes, julio 30, 2018

Sol



Cómo hacer para cuidarla?
Como hacer que el tiempo tenga más horas cuando está con ella?
Como lograr la toma de decisiones sin esquirlas?
El café se iba consumiendo y su cabeza recorría mil destinos juntos. 
Entendía que cada presente, en el día a día, era un complejo devenir de acciones, muchas de las cuales iban de la mano del corazón, más que del raciocinio o el pensamiento.
Le gustaba sorprenderla.
En cada esquina. A cualquier hora. En diferentes circunstancias.
Ella no podía creer que cada aparición suya hiciera que el mundo se detenga y tome otro significado.
Un día le envió una foto con sol. Ella le respondió: "Hermoso día".
Él enseguida completó con la manera más espontánea y verdadera que tuvo a tiro: "Para mí  todos los días tienen sol sabiendo que vos estás cerca".
Una verdad verdadera muchas veces duele, pero muchas otras hace que todo se renueve, el brillo se ajuste y los besos tengan otro sabor.
Las preguntas en algunas ocasiones tienen respuestas y en otras solo resta esperar una reacción. Como esa noche en que la raptó entre sus brazos.

Extrañame


Por fuera había ruido, caos y torbellino, pero por dentro tranquilidad y una melodía conocida, compañera del tiempo, de rutas y caminos que supo andar con placer.
El momento exacto no lo recordaba. Para qué? Si es como que siempre estuvo ahí, a su lado, para saberse sincero y abierto.
"Sos quien más me conoce, no hay otra persona así", le confesó y quizás eso mismo sintieron ambos. Más allá de las palabras están los silencios, las miradas, emociones y porqué no, los miedos.
Seguro que todo  ese saberse vulnerable y hasta demasiado expuesta le trajo para sí un poco de gélida alegría y sensaciones encontradas.
Siempre fue ella el timón del barco, ante cualquier tormenta, por más que los vientos no soplaran de forma favorable.
"Te pido que me extrañes", le dijo él al mismo tiempo que ella le solicitó lo mismo.
Ambos se hicieron esa promesa. Con la distancia como compañera, como un alivio en el alma, por saber que están cerca. Más de lo que se imaginan.

Sintonía


Imaginó, solo por un instante, una situación, un momento, en cualquier lugar, sin importancia, solo cruzando la mirada de ella, una perfecta desconocida. 
Se habrán visto un par de veces, tal vez, siempre en público y poca soledad y solo se permitió pensar en mil situaciones.
Sabía que la mirada de ella tenía un halo de profundidad y a la vez de indiferencia que lo cautivaba. 
Recordó verla en cierta ocasión en la que se pintó los labios, marcando sus líneas y los bordes y lo conmovió.
Una leve sonrisa de ella, casi sin mostrar los dientes, le permitió a él entender muchas cosas.
Una sintonía ? Algo en común ? Un poco de todo, pero nada cercano a la casualidad. Tenía eso sí, un aspecto de concentración, como si no estuviera ahí, sino en otro lado. 
Nunca lo supo.
Ella se sacó un anillo. Bajo la cabeza y jugueteó con su cartera.
Él la observó. 
No entendió mucho.
Un toque. 
Un gesto. 
El saberse contemporáneos de una realidad.
Ni una palabra. 
Todo quedó ahí, como un destello, un flash, una luz. 
Y ella se bajó del colectivo y se perdió en la ciudad.

Efímero


Una noche, después de mucho tiempo volvieron a encontrarse, más allá de las distancias y las cercanías, con todo por retomar. 
El tono de voz, las palabras escritas, los sentimientos compartidos, poco y nada había cambiado o quizás fue una pausa a todo.
Sí la risa es la misma y el aura también. 
El momento es igual y diferente, lo cual tiene una nueva magia. 
Ayer es hoy y mañana un futuro efímero, como el último beso furtivo, casi de pasada en el medio de la congoja. 
Fue designio del destino que hizo que todo fuera a revivirse, sin repetirse, sino desde el momento en que pensaron reanudarse. 
Y supo que nada es por casualidad, ni lo bueno, ni lo malo, que cada cosa deja una enseñanza, aunque en ese instante no se entienda nada. Solo su sonrisa 

miércoles, julio 25, 2018

Imágenes





Buscó de mil maneras retener las imágenes que pudo compartir con ella. 
Había pensado es hacer un cuadro. Pero no sabía dibujar. 
Creyó que una cámara de fotos podía darle una mano. Sin embargo carecía de una. 
Intentó hacer una artesanía, pero sus manos no estaban preparadas para eso. 
Ahí fue que quiso cambiar la ecuación y se dijo a sí mismo que tal vez la manera que podía ayudarle sería la de la palabra. 
Aunque, qué elegir? Una poesía ?.
Una novela ? Una frase?.
La confusión lo siguió consumiendo. Pensó en hacer una película, una historieta, una canción. 
Nada lo convencía, porque además el talento para lo artístico era un don que no le había sido conferido, y mucho menos heredaro. 
Salió a la calle y caminó muchas cuadras y en ese trayecto mezcló risas, reflexión, llantos y emociones. 
Siempre teniendo a ella como su guía en los pensamientos. 
La recordó con la mirada entrecerrada, con las manos estiradas al cielo o con sus gemidos casi imperceptibles. 
Las imágenes se aceleraban como en un auto de Fórmula Uno. 
Siempre ella y su sonrisa. 
Siempre ella y su aura. 
Llegó a la puerta de entrada, de una cualquiera o quizás la necesaria. 
La miró fijamente a los ojos y le robó un beso, algo conocido y que permitió completar el álbum de sus imágenes. 
Como cada día.

Fosforito



Fui buscando maderas, fierros, algunos tornillos, un poco de hilo y hasta cinta adhesiva. 
Como pude fui armando algo parecido a un habitáculo. 
Le puse unas chapas que sirvieron de guía y alas en busca de aerodinamia. 
A lo lejos hallé un casco, algo parecido a una protección. 
Con un puñado de sueños emprendí vuelo, tras carretear por tus curvas y tener como motor unos besos inolvidables. 
Fui ganando altura. 
Todo porque me diste impulso con una caricia. 
Luego de algunos minutos encontré la estrella más luminosa del firmamento. 
Me guiñó un ojo y me dijo "dale, vamos a sorprenderla". 
Te desperté del sueño con una sonrisa y tu carita se iluminó. 
La estrella quedó reducida a la luz de un fosforito, porque tu mirada, cómplice por siempre, fue más resplandeciente, y no pude evitar besarte...y vos también.

Vulnerable



Lo esperaba cada noche. En sueños. Con sus manos. Con sus pensamientos e imágenes. 
Todo era tan vívido, como si estuviera a su lado, respirándole en el oido diciéndole esas cosas que solían estremecerla. 
Sus sábanas rozaban toda su piel, que sólo acompañaban gotas de su perfume preferido. 
Por la ventana entraba un haz de luna, de esos que iluminan la habitación, y la encontró vulnerable, con esas ganas de probar la resistencia de la cama en un vaivén sinuoso y constante. 
Cerró los ojos y estiró los brazos hacia arriba, como queriendo alcanzarlo. 
Entre las sombras de la noche no lo oyó entrar sigiloso y en  ese instante ella percibió sus labios húmedos por un beso, sintió su piel cruzarse con el roce de sus dedos y entendió que esa no sería una noche más.

Espalda



Se deslizó por detrás de sus pasos. 
Observó su posición al dormir. 
Interpretó su olor entre sueños. 
La imaginó por debajo de las sábanas, turjente y delicada. 
Su piel con gusto a miel. 
Su mirada sin abrir los ojos y esa cadencia al contonearse para darse vuelta y seguir esperando el abrazo de la noche. 
Un día de primavera o de cualquier estación, le robó un beso debajo de un árbol frondoso, en el cruce de su mano y su sonrisa, allá donde cada palabra suele estar de más.
Le dijo sin decirle lo que quería de ella y no hizo mucho más que un beso en la comisura de los labios para saber que el mensaje había sido recibido. 
Ahora la noche se consumía junto al calor de una estufa, que permitía que sus cuerpos pudieran recorrerse. Sus curvas, sus impurezas e imperfecciones, que en esos momentos no lo son. 
El aroma del mismo olor inundó la habitación. 
Le dijo suave al oído "ya llegué", y ella lo tomó de su cintura, la acercó a su espalda y lanzó un suspiro. Señal que la noche recién comenzaba.

Cuarto


Soñás? Con vos,  le respondió. 
Creés? En vos, le dijo. 
Pensás? a cada instante. 
Besás?  Como besan tus labios. 
La luz era tenue y las palabras casi susurros. En el aire flotaba esa sensación de  respiraciones entrecortadas. Como cuando uno sabe que un viento o una brisa pueden cambiar algo de un momento a otro. 
Silencio. Casi silencio. 
Uno de los dos rompió esa monotonía y le pasó la lengua por la comisura de los labios, provocando un cosquilleo en determinada parte del cuerpo que solo ellos conocían. 
Qué hacés ? Te beso. 
Porqué? Porque te deseo. 
Desde cuando? Desde que tomé tu mano y dimos el primer paso. 
Sabés que te puede doler? El dolor es parte de la vida y vos ya estás en ella. 
Algunos dicen que siguen en ese cuarto. 
Que no han prendido la luz. 
Que la noche se hacía noche cuando ellos querían. 
Que manejaban los tiempos, que detenían relojes. Y que alternadamente, muy de vez en cuando, se decían "Te quiero", porque todo ya estaba dicho. 

viernes, julio 20, 2018

Porqué



Siempre la pregunta conlleva un por qué ?....aunque a veces no tengamos la respuesta, pero tal vez la suponemos.

Porque te quiero, te aporreo.
Porque te pienso, te extraño.
Porque te deseo, es que te pienso.

Porque te necesito...es que te busco...

Cada cosa tiene un porqué, como cuando te ví, te hablé, y nos miramos. 

Porque cada cosa tiene un porqué es que buscaría un arma tan letal como tus besos para saber que la vida y la muerte son el mismo plano.

Porque una vez tomaste mi mano, es que pude viajar a lugares impensados, y porque te subiste a ese tren es que la vida tiene otra manera de ser vivida.

Y si no existieran los porqué, los inventaría.

Porque sí. Por qué no? Porque te quiero.