lunes, marzo 02, 2009

Instintos


Nada de palabras. Puros instintos. Nada de hablar. Pura acción.
Ni una vocal tirada al aire. Sólo pensamientos cerrados.
Poca luz, mucha luminosidad.
Era retomar el sendero que habían dejado sin completar, pero con otros pasos, o tal vez los mismos, pero con diferente calzado, haciendo que la huella se modificara, se adaptara a este tiempo, lleno de incertidumbres, pero plagado de gratas sorpresas.
Se confesaron, en un sacerdocio pagano, todos sus pecados, que era el de amarse sin freno, sin tapujos, con una catarata infinita de pasión, apuntando al punto buscado. Deseado.
Pocas palabras, apenas un río de lava humana capaz de modificar el rumbo de la historia.
Labios secos. Ojos cerrados. Gustos diferentes.
Noche extendida y un amanecer muy corto.
Sinergia. Confluencia, sintonía y concordancia.
Se pusieron en oferta, uno con el otro, y se develaron misterios ocultos, enigmas internos y realidades opuestas.
En definitiva, se amaron de una manera tan desenfrenada que aún hoy el recuerdo está presente. En gran parte porque ninguno bajó la intensidad.
"Para qué?", se dijeron. Se sonrieron y se besaron una vez más.

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