lunes, diciembre 22, 2008
Pentagramas
Esperó que algo la trajera a su infinito, a su alcoba, como la hoja de otoño o el copo de nieve, justo él que odiaba el frío.
No obstante se tomó el tiempo, desconectó el celular, cerró las ventanas, prendió velas y apagó los reflectores tratando de hallarla, de traerla a su morada, de hacerla partícipe de ese instante de su vida.
Tomó la guitarra. Arpegió. Jugó con sus dedos y las cuerdas. Transitó por pentagramas. Esos mismos que no comprendía y sin embargo respetaba.
Surcó sendas sinuosas, casi hechas a su medida, para buscar algo. Chapuseaba.
Por momentos se lamentó, quiso tenerla ahí para saber si lo que pensaba y sentía valía la pena, aunque en realidad se conformaba con verla y oírla, porque sentirla era complicado. Utópico.
Así fue comprendiendo esa canción que canta cada abril, esperando que ella vuelva.
Tomates
Las luces, como tomates, me indican la dirección de esta noche, fría, ventosa, algo deshabrida y sin embargo intrigante, como la misma noche.
Alguna canción en un semáforo, un café con dos amantes confesando historias por venir y también un beso perdido en el éter.
Lejos está el objetivo final, nuestro destino culpable o no de este presente en ciernes.
Un verso, una prosa, la falacia de ser quien soy y buscar la cita en esa atmósfera que surge en momentos especiales, y con personas de la misma condición.
Pero ya nada se puede repetir, un montón de cosas por decir, un horizonte por descubrir y las ganas encubiertas de volar, de escapar, de intentar, más allá de que en ese intento también se pasa el tiempo de la creación y la contemplación.
Aunque más no sea pido la chance. El resto viene solo.
miércoles, octubre 22, 2008
Exilio
Cada sonido es etéreo y transforma esta inexacta realidad en una oculta, misteriosa, efímera.
Los recuerdos me abruman, los secretos me acosan, cuantas formas hay de detener lo que se siente, lo que se piensa, lo que se quiere... vivo en un mundo de represiones, de miradas ajenas, de críticas inexactas, pero después de todo, eso es lo que incentiva a los demás, esa necesidad de opinar y de alejarnos de nuestro propio lugar hasta tal punto de considerarnos criaturas que descarriaron su camino.
El entorno nos empuja a la perdición, a caer en un agujero negro que no tendrá compasión.El deseo nos absorbe, nos corroe, carcome cada centímetro de nosotros y nos empuja hacia espacios que debemos llenar para combatir nuestra propia voluntad.
Y al equivocarnos, al aprender de nuestros errores, podemos retomar la realidad, comprender que no todo está perdido aunque tampoco, podemos dejarlo pasar.
Siempre será igual, es más fácil recordar lo erróneo, lo que está mal a las buenas acciones, los sentimientos sinceros y las verdades que por siempre perdurarán.
Cuantos años se han perdido, cuantas horas se han gastado, cuantos minutos se han agotado, todo para que el reloj de la vida nos avise que pronto quedará sellado. Así nos mueve el mundo y nos obliga a tomar medidas, a defendernos de nuestros propios miedos y males sin importar las consecuencias porque, a fin de cuentas, eso es lo que hay que lograr, no vivir condenados... nunca más.
(gracias por el aporte :))
miércoles, octubre 01, 2008
Insomnio
El reloj marcaba algo más de las 3:00 am. Había leído un poco en busca de los brazos amigos de Morfeo. Puso el cd de música celta que desde hacía varias noches lo arrullaba y contempló la oscuridad de su habitación.
Las cortinas colgaban como siempre Las banquetes, improvisadas u obligadas mesitas de luz, sólo servían para un velados con luz verde, algunos libros a medio leer y el celular, que funcionaba como despertador en este tiempo tecnológico.
La calle estaba completamente silenciosa, como los pedales de esa bicicleta fija, que sirve como perchero.
Dentro de los placares el orden era ley y los almohadones azules yacían a un costado de la cama, algo fría y vacía, por cierto.
Ahí estaba él. Las dos manos arriba de la cabeza, la mirada entrecerrada y el oído atento a los cantos de los pajarillos que traía el cd.
La nariz estaba algo seca. ¿Sería la loza radiante? Se preguntó tontamente. Sabía que no era así, porque estaban en primavera y el consorcio no permitía prender la caldera. Tampoco hacía falta, pero igual su nariz estaba seca, reseca y buscaba mucosas sin poder encontrarlas. La verdad, estaba molesto.
Morfeo se rehusaba a hacerse presente y encima su cabeza iba a mil.
Sus huesos por momentos crujían en ese campo de resortes. Se estiraba. En realidad elongaba. Hacía unas horas había sufrido un calambre en el gemelo izquierdo y un molesto dolor aún se lo recordaba.
Dicen que las tensiones, las preocupaciones, las angustas y las cosas no resueltas se manifiestan en el cuerpo. Él lo estaba comprobando. Nada es casual, todo tiene una causa.
Resopló queriendo ver que el tiempo pase.
Morfeo? Bien, gracias. Sus ojos eran dos faros de alguna bahía lejana, de una accidente geográfico cualquiera. Eso sí, muy lejos de su departamento de divorciado, ahí en Barracas, frente a la autopista, que de día lleva y trae esperanzas y desilusiones por igual, pero a un ritmo siempre desenfrenado.
El cd seguía girando y ahora él no podía siquiera saber qué quería.
Su posición habitual para dormir era hacia el lado izquierdo, sobre esa misma dirección de la cama. Desde hacía días también, se daba cuenta que esa posición no le era tan familiar y que quería investigar su cama.
Cada noche, casi sin proponérselo -o sí- se deslizaba hacia la derecha, la fría zona derecha.
Sentía un iceberg hecho cubitos de freezer desparramados por entre las sábanas.
Sólo cuando pensaba en ella, los cubitos comenzaban a derretirse y él sentía que el agua se entibiaba. Algunas mañanas también debía cambiarse la ropa interior de forma obligada.
"Uy, pasó un auto, o era una moto?", se preguntó mientras la madrugada discurría inconscientemente, sin prisas y con menos pausas.
Recordaba la última noche de ella ahí, "cada noche" de ella ahí.
Si lo hubieran puesto otra vez en esa situación, habría repetido el mismo intenso placer al amarla, pero habría cambiado el final, para no tener que escribir recuerdos.
Cada noche estiraba su llegada a la cama, buscando a Morfeo en bits, direcciones de internet o un tema musical cualquiera.
Este insomnio de amor era su compañero de ruta y tapado con las sábanas elucubraba momentos por venir, palabras por decir, miradas por mostrar y ver. También se imaginaba tratando de mover montañas, que sabe no se correrán ni medio centímetro de su eje.
Ella era esa montaña. Volcánica por dentro, petrea por fuera. Pero que podía sucumbir aún si él decidía escalarla.
Así se fue convenciendo. Ya había cruzado el desértico meridiano de la cama y se apoderó del lado de ella. Pero ella no estaba.
Un sonido de gaitas, un piano, una escala en fa sostenido lo fueron sumiendo en un sueño profundo.
Morfeo había llegado, pero él no lo vio.
Ella ya no estaba y él no la oyó irse. Aunque quería saber de su regreso.
martes, septiembre 30, 2008
Tiempo
martes, agosto 19, 2008
Reflejos perdidos
Observo como pasa el tiempo frente al televisor,
rancio, sin contenido.
Detrás de un montón de reflejos, perdidos.
Arena dura en tiempos de amor,
besos desesperados.
Bellas canciones de Pablo Guerrero
Siempre me gustó por cierto tu sonrisa,
nunca olvidaré la magia de tus ojos.
Yo era un poco lento y tu ibas tan deprisa.
Delicados besos de tus labios rojos.
La radio salta y dan las siete en el despertador.
Mayo viene con flores, junio con nuevos colores.
Café con leche y tu llamada en el contestador.
Como una melodía llega tu voz a mi alcoba vacía.
Siempre me gustó por cierto tu mirada,
nunca olvidaré el sabor de aquél aviso.
Yo era un poco torpe y tu ibas tan lanzada
que me dabas miedo y te pedí permiso.
Febrero sale por la puerta sin decir adiós.
Marzo vendrá lluvioso, abril soleado y celoso
La Tierra es una mandarina y un pomelo el Sol.
Tú eres mi caracola, una caricia en la orilla.
Siempre megustó por cierto tu sonrisa,
nunca olvidaré el perfume de tu pelo.
Yo era un poco niño y tú eras tan chiquilla.
Yo te hablé de amor y me llevaste al cielo.
(Autor: Javier Bergia)
jueves, junio 26, 2008
Movimiento
Todo tiene movimiento. La ciudad un ritmo voraz que no deja casi tiempo a la reflexión, al recuerdo o a los proyectos. Pero en algún lugar estás, yo sé que estás.
Tal vez pensás lo mismo que yo o quizás tus días discurren de forma por demás diferente.
Daría lo que fuera por estar un segundo en tus pensamientos, verlos moverse y saber que aún sigo ahí, aunque más no sea con un sentimiento mínimo.
Quisiera que el cielo azul nos vuelva a cobijar, nos acompañe, lleve nuestras promesas incumplidas bien alto y las haga realidad.
Un café, un mate, un punto de encuentro en el éter. ¿Qué otra cosa puedo pedir que no sea un beso tuyo con el labio inferior dejándose morder?
Desde los carteles de publicidad me quieren vender cualquier producto. Un auto, ropa, música. Nada de eso necesito, sólo tu mirada, el abrazo, el saber que mis noches no volverán a ser frías y solitarias, sólo con saber que en algún lugar estarás pensando casi lo mismo, soñando un sueño por cumplir.
Casi que escribo sin leer y musito palabras que no volveré a decirte, porque "ya nada es lo que era", pese a que mi corazón se niega a creerlo y mis ojos se humedezcan al ver tu foto y la mía en una sierra.
Me enseñaste, te enseñé. Aprendimos juntos, pero al amor le faltaban algunas materias y por eso reprobámos.
Algún día nos graduaremos. Resta saber cuál será el título.
lunes, mayo 19, 2008
Maneras
¿Qué ves cuando me ves? ¿Qué decirte cuando hablás? ¿Qué besarte cuando te beso?
Pregunto preguntas con miles de respuestas, climas y sensaciones.
Un poema no escrito, una canción entonada a dúo. La culpabilidad de este destino que nos une en una mirad, en un abrazo, una noche de pasión, en estas lágrimas que me asaltan las mejillas, al observarte dormir a mi lado.
Cualquier día no es lo mismo cuando me decís "te amo", luego de mucho tiempo sin decirlo.
De mil maneras me siento a tu lado y contigo a mi lado.
Por momentos el más indefenso de los mortales, y al rato el Cid Campeador, con mármol y todo.
Eso es lo que el corazón me pide ser, como si nada de esto fuera real.
Como si el tiempo no hubiera pasado, como si tu cuerpo hubiera estado siempre aquí y ambos vimos el sol en nuestra ventana siempre.
"La esperanza ilumina el corazón y la razón. Confía". Así lo hice. Así lo dijiste.
Busco en mis recuerdos el momento exacto en que comencé a amarte y me doy cuenta de que fue siempre.
Desde aquél primera "hola!", hasta este hermoso: "buen día, amor".
Sol
jueves, marzo 13, 2008
Esperanza
Cada ola que siento es una esperanza que se renueva, que me permite confiar y limpiar el alma, llevándose parcialmente los recuerdos, dibujando en la arena un garabato que no se entiende, pero que seguramente habla de amor.
Si quisiera mirar el futuro debería sentirte presente, como aquella última vez, como la primera, aunque no seamos los mismos, pero quisiéramos serlo.
El repiqueteo de la lluvia en el mar es el mejor acompañamiento para la tonada, el pedido de poder saber el camino que hay que tomar, luego del desbarajuste, de lo ido y perdido, por cuestiones propias y ajenas.
Si hasta pienso que no soy yo quien piensa lo que piensa, y sin embargo te pienso, te siento y te extraño, no tanto por lo vivido, sino por lo que podemos vivir.
Es un cerrar de ojos, es una lágrima furtiva, que surca una huella ya recorrida. Es mi mejilla mojada en una almohada de madrugada. Son estas ansiedades contenidas.
Alguien me susurra al oído "dame una esperanza, aunque no creas, con eso me alcanza. Una esperanza, una ilusión que acorte esta distancia", tal vez no sea mucho, pero es lo que todos necesitamos y yo, lógicamente, también.
miércoles, febrero 20, 2008
Naufragio
Abrazarte
viernes, enero 25, 2008
Estallido
Ella reía y él estallaba. Juraría que era feliz, que millones de células se movilizaban en un único sentido y él se permitió esa sensación, pese a todo.
Debajo de la palma de la mano pueden tomarse millones de cosas y escribir miles de poemas, pero los trazos deben ser guiados por un sentimiento, una razón de ser...un destino.
En algún punto del planeta pensó en haber encontrado un camino, ella que había tenido las estrellas como techo en sus crudas noches de cinco manzanas.
Luego de tantas frustraciones y desesperanzas, quería ganar una vez, tener el horizonte clarificado, y lo podía conseguir.
Para ella él era como la apertura de una represa, una catarata de sensaciones, y no tenía tapujos en decírselo, en buscar esa complicidad, la confianza y el respeto, eje de todo su existir.
A cualquier hora, de cualquier día y lugar, se llamaban y comenzaba una historia íntima en busca de un momento de felicidad, esa que la vida le había negado a ella y le devolvió una sonrisa a él.
martes, enero 22, 2008
Escaneo
Bucaba imágenes, recuerdos, frases y cualquier cosa que lo uniera a ella, aunque más no sea por algunos segundos.
Para su sorpresa cayó en la cuenta que eran muchas las cosas que tenía de ella.
Su risa, su desfachatez y su locura. Pero también estaban sus miedos -que eran suyos- la sensibilidad a flor de piel y esas ganas locas de volver a ver un amanecer compartido.
Ella le había pedido mantener la magia, más allá de cómo fuera sucediendo la historia y como todo lo que conlleva una cuota de lo desconocido, pidió tiempo y un poco de paciencia.
Tenía el crédito abierto, con toda la confianza que eso significaba.
Cada vez que podían, y últimamente eso sucedía a menudo, se describían cómo eran, sus gustos, preferencias, odios y rencores.
El escaneo mutuo no era algo aislado. Formaba parte de un horizonte que se avizoraba de un mismo color, con risas y sueños en partes iguales.
Con un halo de misterio se desnudaron en palabras y elaboraron un camino con nombre propio, pese a los obstáculos, que eran muchos, antes que el barco partiera de tierra firme.
Él se quedó dormido con una sonrisa y ella se despertó con una frase que la marcó por siempre: "...le pidió a los reyes un hombre, que nunca la deje sola".
lunes, enero 21, 2008
Sí
Si te dijera lo que tengo para decirte, capaz no lo oirías.
Si un no, es un sí o un quizás, con eso alcanza para empezar, más luego no me quedaré en expectativas, quisiera un poco más, tanto como ofrezcas.
Es cierto, las cosas pasan y a nosotros nos pasó.
De alguna u otra manera él o los caminos se cruzaron en un punto de la vida, lo tomamos y andamos más allá de todo, cerca de ambos, queriéndo recorrerlos juntos.
Pocas cosas tengo para decirte ahora que siento tu mano entrelazada a la mía, que el atardecer me acompaña a tu encuentro, que tu boca busca los labios, mis ojost tu mirada y mi piel tu piel.
Nada casi nada. Tiempo sólo tiempo. Un día o una noche, ¿quién lo puede saber?, cuando nos digamos, nos confesemos que nos amamos, que la vida no es lo mismo sin el uno, ni el otro.
El miedo paraliza y el horizonte se nubla, pero si se está acompañado, poco importa eso.
¿Querés sentir cosas olvidadas? ¿Te gustaría un desayuno preparado en tu honor? ¿Apostarías todo a un número con pocas chances de ser el elegido?
De aquella vez que volví a verte muchas cosas cambiaron. ¿Pero sabés qué?. Las cosas no tienen colores difusos cuando uno se siente acompañadoo. Pensalo, yo lo pienso mientras recuerdo tu figura dormir.