Besó su ojo y secó su lágrima con los labios.
Las vibraciones estaban en una sintonía similar.
Le dijo un "te quiero" al oído y ella respondió con un "yo también" y apretó su abrazo.
El mundo podría haberse detenido en ese instante y nadie lo hubiera reclamado.
Sintió una energía interna que traspasó sus pieles.