lunes, diciembre 22, 2008

Tomates


Las luces, como tomates, me indican la dirección de esta noche, fría, ventosa, algo deshabrida y sin embargo intrigante, como la misma noche.
Alguna canción en un semáforo, un café con dos amantes confesando historias por venir y también un beso perdido en el éter.
Lejos está el objetivo final, nuestro destino culpable o no de este presente en ciernes.
Un verso, una prosa, la falacia de ser quien soy y buscar la cita en esa atmósfera que surge en momentos especiales, y con personas de la misma condición.
Pero ya nada se puede repetir, un montón de cosas por decir, un horizonte por descubrir y las ganas encubiertas de volar, de escapar, de intentar, más allá de que en ese intento también se pasa el tiempo de la creación y la contemplación.
Aunque más no sea pido la chance. El resto viene solo.

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