lunes, mayo 19, 2008

Sol


Sol, un piano, una melodía, y esas ganas irrefrenables de seguir siendo el mismo, sabiendo que para eso también uno debe cambiar de alguna manera.
El mundo gira, rota, fluctúa, entre lo bueno y lo malo, lo correcto y lo incorrecto.
Se trata de unir,, aunque sepamos que a veces nada vuelve a ser lo que fue, ni siquiera estas palabras, que nacieron con un objetivo y ahora ya no se saben para que lado disparar.
Los golpes de timón traen aparejadas situaciones impensadas, de esas que obviamente sorprenden, pero que muchas otras necesitamos, para darnos cuenta que hay otra forma, otro ángulo, otra capacidad de ver lo mismo.
No se debe perder la magia de la sorpresa, ni los anhelos de los sueños y las utopías.
Es necesario dar hasta la último, para saber que estamos vivos, que las cosas, más allá de tener un porqué, tienen un por quién, una búsqueda, un encuentro, una forma.
Cualquiera de las personas que puedan leer este cúmulo de palabras, medianamente ordenadas, podrá reflexionar con el futuro, revisando el pasado y disfrutando el presente, ese mismo que a veces es tan esquivo.
Ahí está iluminando todo, dando vida, calor y esperanzas. Su color es intenso, como lo que transmite, y como todo lo que recibimos. No lo desaprovechemos.

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