viernes, octubre 05, 2007

Ausencia

Veo miles de autos. Colores diversos y vos no estás.
El paisaje de la ciudad es gris, cuando antes era con luz. Todo desde que no estás aquí,
para escucharte, sentirte, acariciarte, verte dormir.
Si busco un responsable caeré en la cuenta que fui yo.
Me resisto a perderte, pero al mismo tiempo te siento lejos,
como detrás de un muro, hablando un idioma que no entiendo.
Cada instante compartido lo viví a pleno, pero al escribirte estas líneas
reconozco que hace tiempo ya no es lo mismo.
Veo en los ojos de otros la felicidad que en algún momento me hiciste
creer que podía derribar barreras, superar obstáculos y hasta escalar
las montañas más grandes del planeta.
La lágrima no puede detener su recorrido, no quiero que lo detenga,
si es así como te extraño en mi cama, en mis manos,
en mi mirada, que es tu mirada.
Busco no dormir, para que tu ausencia no sea más dura.
Quisiera despertar un día sabiendo que todo esto no pasó,
que no te has ido, que estás aquí, como ayer, mañana también.
Si muero no será por tí, sino porque no supe ser alguien sin vos.
Apago el velador y toco tu lado de la sábana, que está fría y, finalmente, dormí con tu adiós.

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