domingo, julio 30, 2006

Click


Le hizo un click a su vida, casi sin saberlo, como si el cable del mouse fuera un trapecio, pero sin red allá abajo.
Navegó sin rumbo fijo, sin plantearse un horizonte, dejando que las velas de su destino, llenas de vigor y empujadas por un viendo de incertidumbre la deposite en alguna playa del universo. Nada hacía prever nada. Todo estaba por descubrirse, incluso a él. Lo miró por el monitor sin conocer nada de su pasado, poco de su futuro y compartiendo su presente.
"Desvelada?", preguntó él, ella dijo "sí" por compromiso. Tal vez la noche era fría. Sólo la compañía de un cigarrillo y un café. No parecía lo más excitante del mundo, pero no se desanimó. Todo era confusión, ella lo perdía y encontraba sin poder mantener una conversación hilvanada. La extraña charla discurría en un tono cordial, de mutuo conocimiento, y alejados de cualquier ojo avizor.
Se confesaron algunos secretos, aquellos que vaya a saber por qué razón somos más proclives a compartir con extraños que con gente cercana.
Colores, olores, sueños, utopías, todo se sucedía sin un orden establecido y estaba bien que así fuera se dijeron mutuamente.
El cruce de caminos suele deparar sorpresas de la buenas y de las otras. Se consolaban, daban ánimo y criticaban.
Para sorpresa de ellos mismos fueron muchas las coincidencias que aparecieron, que se potenciaron y que ocultaron.
Estaba ella dispuesta a caminar por ese risco sin baranda ? Venía de algunos golpes pocos recomendables. Era la famosa "segunda oportunidad" de la vida para él ? Reconocía para su interior que algo estaba cambiando desde hacía algún tiempo.
"Se supone que debo ser fuerte y racional", se autoconvencía, sin querer darse cuenta de la realidad que le trompeaba el labio inferior. A cada rato movía la cabeza en señal de tratar de despabilarse.
Qué importa cómo comenzó todo, si de igual forma el mundo gira sin pausa ? Había algo profundo que ambos pensaban seguir buscando, buceando, investigando, tal como hacen los arqueólogos, o mejor, los cardiólogos. Viento, frío, un sinfin de movimientos climatológicos se sucedían allí afuera. Todo era calmo y a paso firme adentro. Se recorrieron mentalmente. No se estudiaron, se descubrieron, se sumaron. Se hicieron bien.
"Un beso", fue respondido al unísono con un "hasta luego". La noche les había abierto una nueva ventana. No había sido en vano. Nada de "game over", aún quedaba mucho por navegar.

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