lunes, agosto 13, 2007

Gris

Gris, el día es gris desde que no te siento aquí, cerca como antes.
Blanca la noche que unimos nuestros labios para decirnos que nos queríamos y que el momento sería eterno.
Negro el día en que la desilusión nos invadió, nos atrapó, nos llevó a un punto sin retorno.
Un piano me trae aquella melodía que solíamos compartir, tirándonos en el piso, viendo el techo y dejando nuestras mentes libres de todo pensamiento, mientras rozábamos nuestras huellas dactilares y escuchábamos también el galope de nuestros corazones.
Frío es lo que siento aquí al lado mío, desde que escuché tu última palabra: "Adiós".
Te llevaste un girón de mí, me dejaste una lágrima en la mejilla y supe que ella viviría ahí por siempre.
Ni siquiera hubo reacción: "El amor se terminó", y con esa definición el planeta estalló una vez más, como en los tiempos del Big Bang , pero sin creación.
Cada paso dado en la dirección opuesta fue la construcción de un muro de alejamiento, y ya no hubo primaveras, ni luces, ni soles...sólo gris.
Me enteré tiempo después que tú decisión te había costado más de lo que demostraste, pero mentiste de forma piadosa y lacerante para que el dolor de ambos fuera menor.
Fue poco tiempo, aunque parecieron siglos y en este punto de la historia, cuando pasar al papel las ideas es lo más complicado y difícil, ambos sabemos -allí dónde estemos- que el amor en realidad no murió, que sigue y seguirá vigente en el tiempo, sin tiempo, sin colores, sin grises, con un poco de piedad y otro de pasión.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Adri, me encanta lo que escribis, un poco triste,como toda despedida, o será que mi vaso medio lleno lo vea como un cambio, una despedida puede ser una transmutacion porque algo mejor te esta esperando...Soy de las que piensan que lo mejor esta por venir, solo hay que estar alertas, tener los oidos y el corazon abiertos para cuando ese momento llegue. Las mejores ondas para vos.
Besos.
Clau ♥