Difícilmente las imágenes pueda olvidarlas, porque caminó cada centímetro de esa calle para ir a verla en más de una ocasión. Se sinceró cuando el viento le pegó en la cara y secó sus ojos algo brillosos. Tomó aire por la nariz. Exhaló despacio pero firme. Le tembló la pierna, como cada vez que iba a su encuentro sin red. Ella abrió la puerta, así como estaba con su vestimenta informal y su pelo algo desordenado. Lo abrazó de tal manera que los corazones se tocaron traspasando incluso sus pieles. Así se quedaron durante varios minutos...afuera estaba lloviendo...
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