sábado, septiembre 26, 2009

Estruendo


Fue un estruendo, un grito de libertad. Un deseo contenido que estalló en la madrugada.
Nunca pensó que sucedería de esa forma, pero se dejó llevar, se entregó al momento. Disfrutó y fue muy feliz.
Lo inconmensurable del amor son sus miles de formas, trazos y líneas, sus aromas y sus olores.
Tal vez nunca siquiera imaginó la escena, las cosas íntimas también dan pie a descubrir nuevas sensaciones, posturas y planes.
Toda la intensidad puede resumirse en una risa, un llanto, un silencio, o en el compartir la mano firme y segura.
Eso hicieron. Cada uno a su manera y estilo, pero con el mismo plano y hoja de ruta.
El saber que la ola lo conduce a un puerto seguro le da tranquilidad, lo motiva, lo convence de que el camino trazado es el indicado.
Ya encalló en otras playas más distantes, algo cambiantes y para nada previsibles.
Las rocas también se llevaron parte de su embarcación, que con esfuerzo logró componer. Hoy el sol asoma en el horizonte y ríe como en la intimidad.

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